Hoy he realizado un taller de gestión emocional con un grupo de jóvenes adoptados, a través del Servicio de Atención postadoptiva de la Generalidad de Cataluña.
Los jóvenes adoptados tienen características comunes: la principal es que no se han criado con los padres biológicos sino con los adoptivos. Gracias a la adopción han tenido la oportunidad de tener una familia, recibir amor, poder estudiar, etc.
En general, ellos están contentos de la vida que tienen, pero hay una gran variedad de emociones que se les despiertan ante la posibilidad de conocer la familia de origen, la diferencia entre su vida y la de los otros niños y niñas de sus países de origen que no fueron adoptados, ante un abandono o alguna experiencia que se le parezca, etc.
Toda esta mezcla de emociones la van manejando como pueden, como el resto de jóvenes aunque no sean adoptados. A veces lo que les hace falta es hablar más sobre las emociones, abrirse a los demás expresando lo que sienten. El taller de hoy ha servido para ello y para que aprendan más sobre las emociones y cómo gestionarlas.
Una de las ideas que más les ha gustado ha sido la TÉCNICA DEL SEMÁFORO:
1) Luz roja: PARAR para sentir. Del mismo modo que una persona se para en un semáforo cuando está rojo, cuando uno se enfrenta a una emoción intensa, la persona debe detenerse. Respirar lenta y profundamente y empezar a detectar las señales físicas. Así la persona puede ser consciente de cómo se siente y del estado de ánimo en que se encuentra.
2) Luz amarilla: PENSAR. Una vez la persona ha logrado el "control" de la emoción, puede pensar en lo que está sucediendo, determinar su causa, plantearse lo que puede hacer y si considera que funcionará.
3) Luz verde: ACTUAR. El último paso es llevar a la práctica la mejor de las alternativas que ha pensado. Actuar en coherencia con la emoción y expresando las emociones de manera asertiva.
"No puedes evitar las olas, pero sí que puedes aprender a surfearlas" -Jon Kabat Zinn-